4/21/07

La cultura en gran canaria

Marcos Rodríguez*
Después de dos años dirigiendo el camino de LaBohemia, Guía de Ocio y Cultura de Gran Canaria, y todavía con los pensamientos que han suscitado dos exposiciones como han sido “Switch on the Power” y “7.1”, las dos en el CAAM, en un tiempo en el que muchos preparan propuestas para convencer a unos votantes, me gustaría utilizar este vehículo para expresar algunas reflexiones.

En primer lugar, la cultura en Gran Canaria. Aceite y agua. Dos niveles separados en el que en el superior se encuentra la cultura oficial y en el inferior las almas deambulantes de la creación. Existen casos en los que algunas gotas de agua se introducen en el aceite, pero se convierten en burbujas nadando en una sustancia en la que nunca podrán integrarse. Abajo, el agua, y no como un cuerpo compacto, sino como gotas transparentes que nadie ve, a menos que estén encerradas dentro de un espacio expositivo, y que tampoco muchos beben.

La promoción de la creación cultural posee el mismo mal que tiene cualquier actividad gubernamental, la lejanía con la realidad social. Trabajar como gestor cultural institucional te hace encerrarte entre paredes de oficina, con una limitada observación de lo que realmente sucede allá fuera. Los que llevan tiempo peleando para que se les oiga culturalmente saben que, a veces, sólo hace falta tocar la puerta de esos gestores para ser oídos, y muchas veces seleccionados. Sin embargo hay muchos que ni siquiera saben dónde están esas puertas.

Los gestores culturales deberían tener un porcentaje de su horario laboral enfocado a la investigación de la creación cultural, al igual que los profesores universitarios dedican a la suya en pos de nuevos descubrimientos. El acercamiento a la realidad cultural les llevaría a darse cuenta de la materia prima que se cuece en ésta y en las otras islas. Si por casualidad el tiempo de oficina, que suele ser mucho, no deja espacio para el trabajo de campo, insto a que se creen los observadores culturales, o cazadores culturales, como los cazadores de tendencias en moda. Estos ratones de la cultura existen, y no son precisamente aquellos que se ven siempre en todas las inauguraciones, que sólo van para ser vistos, sino aquellos que recorren los espacios culturales porque aman la cultura y todas sus expresiones. Ellos y ellas pueden ser el nexo perfecto para que aquellos que no pueden salir de sus despachos, obtengan la información necesaria de la realidad cultural y se cree un puente entre el agua y el aceite que conviertan a los dos sustancias en una sola.

Los espacios. Observar las exposiciones “Switch on the Power” y “7.1” en el CAAM, me ha producido sentimientos contrarios. Por un lado, alegría. Ver ese tipo de arte en un museo, le otorga una categoría que pocos le daban. Pero por otro lado, tristeza. Encerrarlo en un espacio museístico es como colocar en la lápida la fecha de su muerte. Esas expresiones deberían estar en la calle al ser reflejo de la modernidad, ¿o realmente no lo son? Espacio para estos debates es lo que falta. Pero no sólo espacios de debate de crítica cultural, sino de expresión cultural. Hoy en día no existe un espacio donde se puedan reunir los actores culturales a conocerse, y a dar a conocer su obra, un Centro Insular de la Cultura. Puede que esté anticuado, pero no lo creo. En una conversación con el director de Gran Canaria Espacio Digital, en la que discutíamos la importancia de un espacio de este tipo, Sergio Morales decía que esos espacios fueron importantes en la década de los ochenta, pero que ahora no tienen razón de ser. Después de esa conversación, coincidía con él en que las distintas disciplinas deberían tener un espacio individual, pero sigo sosteniendo que debe haber uno común, dónde todos los actores de las disciplinas artísticas puedan tropezarse y conocerse, y actuar conjuntamente. Como decía anteriormente los protagonistas de la cultura del agua deambulan sin saber a dónde dirigirse.
En próximas entregas intentaré hablar de las estructuras de la cultura.
*Director de LaBOHEMIA
GUÍA DE OCIO Y CULTURA DE GRAN CANARIA
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